Pink Floyd-David Gilmour y Nick Mason-nuevo álbum ‘El gran porro’con sopita de ladrillo

Pink Floyd-David Gilmour y Nick Mason-nuevo álbum ‘El gran porro’con sopita de ladrillo        



Pink Floyd, en su insólito reencuentro de 2005. Gilmour (primero por...
Pink Floyd, en su insólito reencuentro de 2005. Gilmour (primero por la izquierda) y Mason (tercero), siguen en la alineación. REUTERS
  • David Gilmour y Nick Mason, supervivientes de peleas, adicciones y graves crisis de litio, prometen lo inconcebible: un nuevo álbum. Lo iban a llamar ‘El gran porro’, pero, qué corte

PABLO PARDOEspecial para EL MUNDOWashington DC
No sabemos si Richard Wright tenía miedo el 15 de septiembre de 2008, el día en que murió -el mismo día en el que quebró el banco estadounidense Lehman Brothers, infundiendo en la Humanidad otro tipo de temor, más relacionado con su canción ‘Us and them’, o con ‘Money’, de su ex colega de Pink Floyd Roger Waters-. La frase sobre la muerte apenas se escucha de fondo en su composición más famosa, ‘The great gig in the sky’, una de las doce canciones que forman parte de ‘Dark Side of the Moon’, el tercer disco más vendido de la historia del rock, de Pink Floyd.
Ahora, más de 20 años después de su último álbum, publicado en marzo de 1994, Pink Floyd, reducido a un dúo formado por el guitarrista y cantante David Gilmour y el batería Nick Mason -el único miembro de la banda que ha estado en ella durante toda su historia- regresan inesperadamente. Lo hacen con un disco fundamentalmente instrumental y de música ‘ambiente’, aunque al menos tendrá una canción con letra, cantada, previsiblemente, por Gilmour, y escrita por la esposa de éste, Polly Samson. El trabajo está formado por los descartes de las sesiones de grabación de ‘The division bell’, expandidas por Mason y Gilmour, que también coproduce con su amigo, el ex Roxy Music Phil Manzanera. Cabe esperar, así, largos desarrollos instrumentales con ‘steel guitar’ y toques de blues mezclados con resonancias clásicas. Las posibilidades de que Pink Floyd realicen una gira parecen muy pocas.
El disco se llamará ‘The endless river’, es decir, ‘El río interminable’, que es el penúltimo verso de la última canción de ese último disco de Pink Floyd, titulado ‘The division bell’, un nombre que hace referencia a la llamada a los parlamentarios británicos para que acudan a sus escaños a votar, y que fue sugerido a Gilmour por su amigo el escritor Douglas Adams, autor de ‘La guía del autoestopista galáctico’.
En las sesiones de grabación de ‘The division bell’, Pink Floyd hicieron algo que no habían practicado desde hacía19 años, cuando estaban trabajando en ‘Wish you were here’, el disco que era ‘número uno’ en España cuando murió Franco: juntarse a tocar juntos estilo ‘jam session’ y a ver qué salía. Gilmour, Mason y Wright se pusieron en el estudio que el primero tiene en su barco ‘Astoria’, una joya histórica-entre otras aficiones de Gilmour está coleccionar aviones, mientras que Mason se dedica a los coches históricos- construido en 1911 para uso y disfrute del empresario del espectáculo británico Fred Karno.
El bajista Guy Pratt (yerno de Wright) se sumó a las sesiones, en sustitución de Roger Waters, el ex líder de Pink Floyd en sus años de más éxito, que abandonó el grupo en 1985 y trató sin éxito de impedir que Gilmour y Mason continuaran adelante con la marca. Una marca que explotaron con dos discos de estudio, en 1987 y 1994, y sendas giras mastodónticas. Pink Floyd fueron los pioneros de la estrategia de los Rolling Stones (y ahora de U2) de sacar un disco por década y rentabilizarlo en una gira a la que el público va a escuchar los temas clásicos.
Hasta que en julio de 1994, David Gilmour se casó con la escritora Polly Samson y ésta le obligó a dejar la cocaína, que le estaba pulverizando el corazón, como el mismo declaró en una entrevista al ‘Daily Telegraph’ en 2006.

Nos quedamos sin combustible

Sin la coca se acabaron las giras. Y Pink Floyd. Pero quedaban todos los descartes de las sesiones de 1993 y 1994 que, según ha relatado Nick Mason en su aburrida hasta la extenuación historia oficial de Pink Floyd ‘Inside out’, llevó a la banda a plantearse sacar otro disco con esos temas, titulado ‘The big spliff’. O sea, ‘El gran porro’.
El título definitivo es más aceptable: ‘The endless river’. El proyecto se ha destapado porque Samson colgó un tweet en su cuenta personal el sábado en el que decía: “Por cierto, disco de Pink Floyd en octubre, titulado ‘The endless river’. Basado en las sesiones de 1994, es el canto del cisne de Rick Wright y muy bonito”.

Despedido

Wright fue el teclista de Pink Floyd entre 1967 y 1979. Entonces, Waters le echó, literalmente, por una pela sobre sus vacaciones. El grupo estaba grabando ‘The wall’, y la discográfica les ofreció más dinero si lo tenían listo para la campaña de las Navidades. Eso exigía trabajar en agosto. Wright se negó, en parte porque quería estar con sus hijos y en parte porque también él le daba a la cocaína (de hecho, en ‘The wall’, Waters alude a la adicción de Wright cuando dice en la canción ‘Empty sapces’: “Tengo una cuchara de plata con una cadena”) . Gilmour propuso, sin éxito, despedir también a Mason. Como se ve, una familia bien avenida. Tanto, que sus cuatro miembros nunca coincidieron en el estudio durante la grabación del álbum. A eso se suma el inefable espíritu extravertido de la burguesía inglesa, a la que los tres pertenecen, y que quedó de manifiesto en la manera en la que Wright se despidió para siempre de Gilmour: por un SMS en el que le decía que estaba demasiado enfermo de cáncer para tocar en una aparición en televisión. Poco antes había dado una entrevista despachándose a gusto contra Mason y Waters.
En 1987, Wright fue invitado a regresar a Pink Floyd cuando Gilmour y Mason relanzaron la banda sin Waters con el disco ‘A momentary lapse of reason’. El teclista tenía tan olvidado su pasado que los ensayos de la gira de promoción, en Toronto, se retrasaron varios días porque el mánager del grupo tuvo que ordenar que compraran los CDs en los que estaban las canciones que iban a interpretar para que Wright pudiera escucharlas y recordar cómo tenía que tocarlas. Sin embargo, en 1993 y 1994, Wright ya estaba en condiciones de darle a las teclas, y de componer. De ahí salió ‘The division bell’ y, ahora, ‘The endless river’.
El anuncio de Samson acaba con los meses de especulación que las filtraciones de Samson en Twitter sobre las grabaciones en el ‘Astoria’ habían provocado entre los fanáticos de Pink Floyd (también entre los que nos incluimos en la sección ‘Roger-Waters-era-la-verdadera-alma-de-Pink-Floyd-y-desde-que él-se fue-nada-es-lo-mismo’). En teoría, la publicación de ‘The endless river‘ no tiene nada que ver con la grabación del cuarto disco en solitario de David Gilmour, cuya salida al mercado está prevista de forma provisional para mayo.
El portavoz del grupo, Doug Wright, confirmó ayer que el disco saldrá en octubre. Y que Waters no está involucrado en el proyecto. Waters terminó en septiembre una gira de cuatro años en la que interpretó exclusivamente ‘The wall’, y que es a día de hoy el ‘tour’ más exitoso realizada por un solista de rock en la Historia (si se incluyen grupos, es la tercera, tras ‘U2360′, de U2, y ‘A bigger band’, de los Rolling Stones). Supuestamente, está grabando un disco sobre sus temas favoritos que son, en este orden, la guerra, la niñez (si es posible, traumática) y la muerte. Aunque por lo que se le ha oído más es por su campaña para boicotear los conciertos en Israel, en la que le ha apoyado Mason. Waters ha logrado que Stevie Wonder no toque en ese país, pero ha fracasado con los Rolling y con Alicia Keys.
Waters dejó Pink Floyd en 1985, en la bronca más brutal de la historia del rock. Desde entonces, la formación clásica de la banda solo se reunió durante 19 minutos para cerrar el festival Live 8 en 2005, en una experiencia que David Gilmour calificó como “tirarme a mi ex mujer”. Quien sí ha rehecho su amistad con el ex líder desde 2000 es Nick Mason. Al menos, los tres -Waters, Gilmour y Mason- han logrado ponerse de acuerdo para escribir cartas a los periódicos quejándose de lo poco que les pagan los servicios de ‘streaming’ de música en internet. Algo comprensible cuando se tienen 220 millones de euros (Waters), 150 (Gilmour) o 100 (Mason).
La historia de Pink Floyd es una combinación de genialidad y tragicomedia. El fundador del grupo, Syd (un diminutivo de ‘acid’, o sea, ácido, en referencia al LSD, su droga favorita), acabó en tratamiento psiquiátrico con un síndrome esquizofrénico gravado por su consumo en dosis industriales de alucinógenos. Waters dirigió la banda en su período de mayor éxito, entre 1973 y 1979, cuando crearon el que todavía a día de hoy es el catalogo más valioso del mundo del rock -en términos monetarios- tras los Beatles, con ‘Dark side of the moon’, ‘Wish you were here’, ‘Animals’ y ‘The wall’. Sonidos lúgubres y letras pesimistas fueron la clave de un grupo de niños bien-para más detalle, véase la casa en la que Mason se crió, y que acaba de ser puesta a la venta por 3,5 millones de euros- que fue saludado por John Lydon, de los Sex Pistols, con una camiseta que decía ‘Odio a Pink Floyd’ con las caras de los cuatro miembros de la banda con agujeros en los ojos.
Al final, todos se acabaron peleando. Frecuentemente en los tribunales. Cuando en 1987 Gilmour y Mason-con Wright como contratado-se fueron de gira por EEUU, tenían que tener listo un equipo de abogados en cada ciudad en la que tocaban por si Waters los demandaba. Waters acabó denunciándolos por usar el cerdo inflable de la portada de ‘Animals’.
Solución de sus ex compañeros: ponerle unas gónadas inmensas a ‘Algie’, y alegar que el original era asexuado (la Justicia no les dio la razón). Hasta Claire Torry, que es quien grita en ‘The great gig in the sky’ llevó al juzgado a Wright y le obligó a pagarle derechos de autor y a que su nombre apareciera como coautora.
Los niños del Instituto de Islington, en Londres, que cantan en el famoso éxito ‘Another brick in the wall’ también denunciaron a Pink Floyd por no pagarles derechos de autor. Waters atacó en 1992 a Andrew Lloyd Webber por plagiar el tema ‘Echoes’, del disco de Pink Floyd ‘Meddle’, de 1972, en ‘El fantasma de la ópera’, pero no lo llevó a los tribunales “porque la puta vida es demasiado corta“. De hecho, la visión de la vida-más bien, de la inexistencia de vida después de la vida-es acaso lo único que une a los tres miembros de Pink Floyd: los tres-Mason, Waters y Gilmour-han manifestado públicamente su ateísmo.
http://www.elmundo.es/cultura/2014/07/08/53bba144e2704eb21c8b456f.html?a=afcc2895a3b02e63fd0c0096cee24f44&t=1404811718

Paul McCartney, Bon Jovi, Eric Clapton, Dave Grohl (Foo Fighters), Billy Joel, Alicia Keys, Chris Martin


GIRAR ES “INSOPORTABLE”

Eric Clapton piensa en retirarse


Eric Clapton y Sheryl Crow
Foto: © MIKE SEGAR / REUTERS


MADRID, 29 Jun. (CulturaOcio) -
Eric Clapton está pensando en dejar los escenarios porque cree que salir de gira es “insoportable”, según ha manifestado durante una entrevista concedida a la revista británica ‘Uncut’.

   Clapton, quien cumplirá 70 años en marzo del próximo año, ha manifestado además que los “achaques” que padece podrían obligarle a dejar de tocar la guitarra por completo. Su intención es concentrarse en el trabajo de estudio, una actividad que podría afectar a sus actuaciones en directo, según indica.

   “Hay cientos de cosas que me gustaría hacer, pero también estoy pensando en retirarme. Lo que sí me permitiré hacer es continuar grabando en el estudio. No quiero desaparecer hasta el punto de avergonzarme a mí mismo”, ha señalado.

 

   En cuanto a las giras, Eric Clapton ha señalado que “la carretera se ha convertido en algo insoportable”. “Es inasequible, porque lleva mucho tiempo llegar a cualquier sitio, es hostil: llegar y salir de los aeropuertos, viajar en aviones y coches”, indica.

Clapton (Ripley, Reino Unido, 1945) es uno de los músicos británicos más importantes del rock europeo, cuya contribución a la música destaca especialmente por sus composiciones de blues, así como por haber formado parte de grupos esenciales en la historia de la música como Cream o The Yardbirds, o por sus más de 20 trabajos en solitario. Entre sus canciones, destacan temas como ‘Tears in heaven’, ‘Layla’, ‘My Father’s Eyes’ o ‘Wonderful Tonight’.
http://www.culturaocio.com/musica/noticia-eric-clapton-piensa-retirarse-20140629102721.html

LA EDAD ES LO DE MENOS

Los 10 abuelos más ruidosos del rock


Mick Jagger y Keith Richards
Foto: EUROPA PRESS


MADRID, 29 Jun. (CulturaOcio – David Gallardo) -
La reciente visita a Madrid de los Rolling Stones, liderados por los insultantes 70 años rebosantes de vitalidad de Mick Jagger, ha sido una desafiante lección para los que siguen sin creerse que la edad es lo de menos cuando hay ganas de seguir rockeando duro.
Porque mucho ha llovido desde que el rock irrumpiera en la década de los cincuenta del pasado siglo como un género incomprendido por los mayores de entonces, y abrazado por los jóvenes como vehículo para romper barreras y enfrentarse a lo políticamente correcto. El rock era peligroso, aunque ahora parezca mentira.
El tiempo pasa, eso es así, y todos nos adaptamos a los nuevos tiempos. Muchos músicos de entonces se han quedado en el camino y otros sencillamente se cansaron. Pero hay una tercera opción, la representada por los Stones en su máxima expresión, que no es otra la de seguir en la brecha hasta que el cuerpo aguante.
Así las cosas, por muchos nietos que tengan, siempre habrá músicos que lo den todo en el escenario, incluso en silla de ruedas, da igual, desafiando los límites de la resistencia física e ignorando a los inevitables achaques. Repasemos a continuación algunos de los casos más genuinos de abuelos absolutamente ruidosos.

MICK JAGGER (70 AÑOS)

Ya le hemos mencionado, pero es inevitable reincidir, pues Jagger se convirtió en bisabuelo hace algo más de un mes. Si ya debe ser raro que tu padre sea un Rolling Stone, imaginemos por un instante lo que debe sentir un niño cuando le dicen que ese que no para de corretear por el escenario es su abuelo. En una vuelta de tuerca más, hijo, Mick es tu bisabuelo. Qué, ¿cómo te quedas?

KEITH RICHARDS (70 AÑOS)

Las cosas como son, Keith Richards no parece estar tan en forma como Mick, pero lo cierto es que sus riffs de guitarra siguen resultado incendiarios. Ahora que también escribe libros para niños, suponemos que bajará el volumen de su instrumento cuando toque para sus cuatro nietos en la intimidad del hogar.

BOB DYLAN (73 AÑOS)

Por seguir hilando con el tema Rolling Stones, Bob Dylan, autor de ‘Like a Rolling Stone’, tiene nada menos que nueve nietos. El mayor de ellos tiene 18 años, se llama Pablo Dylan y es rapero. Supongamos que a pesar de este detalle reinará la concordia en las comidas familiares.

PAUL MCCARTNEY (72 AÑOS)

Abuelo, cuéntanos otra vez la historia de cuando fuiste por primera vez a Estados Unidos con los Beatles en 1964 y se montó aquel lío con todas aquellas chicas histéricas tratando de abrazaros, arañaros y sólo Dios sabe cuantas otras cosas más haceros. Si el abuelo en cuestión te responde, es que eres uno de los seis nietos de Paul McCartney.

JIMMY PAGE (70 AÑOS)

Puedes jugar al ‘Guitar Hero’ con tus colegas o puedes jugar al ‘Guitar Hero’ con Jimmy Page. Esas son a grandes rasgos las opciones que tiene la nieta del guitarrista de Led Zeppelin, una tierna infante de seis años que responde al nombre de Martha Alice Brown. ¿Se dejará ganar el bueno de Page?

ROBERT PLANT (65 AÑOS)

Al contrario que su colega Jimmy Page, Robert Plant no tiene ningún interés en resucitar a Led Zeppelin. Él prefiere seguir investigando nuevos universos sonoros en solitario y tener tiempo para sus cinco nietos, a los que sin duda les contará para dormir gloriosas epopeyas relacionadas con groupies, habitaciones de hotel destrozadas y demás parafernalia de sus años de juventud.

STEVEN TYLER (66 AÑOS)

La vitalidad desbordante del cantante de Aerosmith provocó que su nieto Milo pensara hasta los ocho años que en realidad era su tío molón. Ahora tiene nueve y hemos de pensar que ya habrá asumido que ni su madre (Liv Tyler) ni su abuelo son como los demás, cada uno por sus propios evidentes motivos.

OZZY OSBOURNE (65 AÑOS)

Cuando era joven, vuestro venerable abuelo esnifaba filas de hormigas y se bebía su propia orina en una farra sin fin. A pesar de ello, aquí le tenéis, cariñoso, juguetón y suponemos que perfectamente cabal para ayudaros a crecer. Y es que al frente de Black Sabbath está viviendo actualmente una segunda juventud, después de que la primera pasara básicamente borrosa por sus asombrosos excesos. Cinco nietos tiene ya.

R

ROD STEWART (69 AÑOS)

Rod Stewart no tiene tanta experiencia como abuelo como el resto de los mencionados, pues se estrenó hace apenas un año con una niña llamada Delilah. Irremediable conquistador, seguro que hará lo posible por evitar que ella se junte con tipos como él. Esa es tu misión, Rod. Esa se tu misión.

ROGER DALTREY (70 AÑOS)

‘The Kids Are Alright’, cantaba Roger Daltrey al frente de The Who a finales de los setenta. Tan bien han seguido estando que actualmente tiene diez nietos… y seguro que él sufre no pocos problemillas para recordar quien es quien (‘who is who’, para los que no pillen el chiste tontorrón a la primera).
http://www.culturaocio.com/musica/noticia-10-abuelos-mas-ruidosos-rock-20140629102556.HTML

I want to continue being crazy; living my life the way I dream it, and not the way the other people want it to be.

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