El tabaco llenó cines, bares , hospitales,oficinas,consultas médicas, un científico Lorenzo Tomatis afirmó que el humo mataba, lo quisieron destruir.
Durante décadas, el tabaco llenó cines, bares y hospitales. Se fumaba en aviones, en oficinas y hasta en las consultas médicas. Pero cuando un científico levantó la voz para decir que el humo mataba, lo quisieron destruir. Esta es la historia de Lorenzo Tomatis.
En los años 60, el cáncer de pulmón crecía de forma alarmante, pero la industria tabaquera tenía a su servicio a médicos, medios y políticos, así que cualquier intento de denunciar los efectos del tabaco era aplastado por abogados, amenazas o dinero.
En medio de esa oscuridad apareció un hombre con un discurso incómodo, Lorenzo Tomatis. Este italiano, médico e investigador, dedicó su vida a estudiar cómo los productos químicos, especialmente el humo del tabaco, generaban cáncer.
En 1966 empezó a trabajar en el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, dependiente de la OMS, donde promovió un enfoque radicalmente nuevo: la prevención primaria. No esperar a curar el cáncer, sino evitar las causas ambientales que lo provocan.
Fue uno de los primeros en hablar del peligro del humo pasivo y en afirmar públicamente que el tabaco mataba no solo al fumador, sino también a quienes lo rodeaban, una verdad incómoda que desató una campaña de descrédito contra él.
La industria tabaquera lo acusó de alarmismo, se financiaron informes para desprestigiar sus conclusiones, hubo presiones para expulsarlo de organismos científicos y se le negó la financiación para muchos de sus estudios.
Pero Tomatis no cedió, sino que siguió publicando, viajando y formando médicos. Construyó una de las bases científicas más sólidas sobre los factores ambientales del cáncer, haciendo que sus trabajos inspiraran regulaciones en más de 60 países.
Cuando fue nombrado director del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, en los años 80, impulsó la famosa lista de agentes carcinógenos que aún hoy usa la OMS. Allí estaba el tabaco, el amianto, el benceno... y por fin, había evidencia oficial que lo respaldaba.
Pero el daño ya estaba hecho. Durante décadas, millones murieron por culpa del humo y, quienes intentaron advertirlo, fueron silenciados por quienes hacían negocio con cada calada.
Tomatis murió en 2007, lejos de los focos, pero con su legado intacto, por lo que hoy es considerado uno de los padres de la oncología ambiental y un pionero ético en una época de humo, cinismo y silencio.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada