Purificación Ríos Torres-Zapatos de Tacón

Purificación Ríos Torres-Zapatos de Tacón

En el estrecho círculo que forma hoy la burbuja de mi vida, es espesa la bruma que me aleja de mi voluntad. Quiero levantarme “más no puedo”. Es la sinrazón, vacío que tengo el que me empuja a estar arrodillada contemplando el arco iris que me atrapa .Me ahoga. Me destruye y me enajena. Salir de este escondrijo se me hace una eternidad. Sí lo intento una luz interior me dice: “espera no es el momento” saldrás al llegar al final de tus fuerzas y todo te apague. Entonces renacerás de las cenizas. Ya has pasado por esto otras veces, siempre ha sido igual: tocar  fondo, cuando todo lo creas perdido. Renacerás  limpia y completa, porque la supervivencia prevalecerá por encima de tú inconsciencia de estar atrapada. Algunas veces sueño en memorias perdidas con un  espejismo horrendo: castillos en el aire son los que se tapan detrás de las cortinas rojas. Es la sangre que brota de mis entrañas y se derrama  a cada intento de escapada. Capote de esencia absoluta enmarcado en oro; plaza desierta de triunfos, cobardía  que se ensaña en el anillo con fecha incrustada. Miro un termómetro y veo que no hace frío, el ambiente esta templado, las hojas de otoño aún permanecen en los árboles. Lo que siento es un escalofrío interno…Ya se acerca el renacer. Lo percibo, lo palpo, lo intento… El espejismo sigue atormentándome en un libro de arras. Está inscrito: serás obediente, hacendosa, buena esposa y madre…Tu persona no cuenta nada, porque no eres libre, saliste de la costillas de Adán le perteneces, eres parte de él, si te atreves a negar este ritual, te enfrentarás a toda la sociedad serás mal mirada y legada a la nada… Todo la humanidad sabe, que sin un hombre no te puedes valer por ti misma; no piensas, eres nula legalmente, física e intelectualmente. Aunque yo no me resigno a no ser, a no existir. He de luchar por mi existencia y llevar la insignia de mi propia bandera. Me pregunto el por qué de tantos años perdidos y llego a la conclusión de que fuimos los dos, él y yo…Nosotros creamos este microclima incierto lleno de mandrágoras para mí y nunca para él, fue mi aceptación a ese maldito “amor”, la que validó el casamiento, dándole permiso casi sin saberlo, para que me manejase a su antojo. Él de estirpe usurera en sentimientos y residente en la estepa siberiana donde el hielo mata todo intento de acercamiento. Mis ansias de alma sedienta, de calor humano muere en cada estancia de este inhóspito paraje. La tierra es infértil, dónde no puedo sentír añoranzas de mi tierra y tengo sed, mucha sed de amor. Me atormenta el alma sin versos. No saber si detrás del invierno viene la primavera. Los claroscuros prevalecen en tonos negro. Las preguntas me desbordan llevando la mochila a cuestas ¿Sin él, algo tiene sentido?- me pregunto-. Si acabar con este amor maldito  servirá para algo ¿Renaceré cuál Ave Fénix? Me desmorono. Me alcanza la inmensa necesidad de acabar con todo y matar la rosa con espinas cortándola de raíz ¡No lo sé! ¡No estoy segura! ¡Todo me extermina!  me anulo y me arrastro;  marañas entrelazadas con los velos de letras. Busco en la fuerza del mar: en la olas al estrellarse en la arena, en la crueldad del tiempo y no encuentro nada. Tan solo poseo la experiencia del agua que me da de beber: es salobre y amarga. Sus manos no calman mi sed. Necesito las gotas de rocío puras y cristalinas. Esto lo tengo dentro de mí. Solo quisiera aprender a tirar de la cuerda, saciarme. Cosa que no me enseñaron. Lo único que ensayé fue a pedirla prestada. Un cantar suave y mecedor llega en los sueños vespertinos. Me arrulla. Me indica el recuerdo que no son mis rodillas lo que causa tal dolor. Son estas cruzadas o “creuades”… Allí no encuentro aquello que un día busqué con tanto ahínco. Lo que  destroza mi cuerpo y alma de poeta. Un día, no muy lejano, seré capaz de  sacar fuerzas de flaquezas y encontraré mis tres saetas. Hoy por hoy sé que es la única postura que en estos momentos puedo tener hasta que llegue la hora cero, la de las brujas y por un resquicio de la ventana entre un jilguero para decirme: ¡Ahora es el tiempo! ¡Huye! ¡Escapa! Mira la señal que entra fugaz. Será el símbolo de la esperanza para poder alzarme del lugar donde estoy atrapada remando entre dos orillas saliendo a gatas, a escondidas, para no despertar el ave negra que dormita. Es la única forma que tengo para escapar de este desatino. Entonces me quitaré los zapatos de tacones de aquella fiesta ¡Sí! ¡Con los que me disfracé en noche dorada! entre ellos encontré la formula mágica, tapándome los ojos para no ver lo agridulce que me rodeaba ¡Lo sabía! pero elegí dejármelos puestos, intuía que al llevar tacones altos, la huida sería mucho más lenta.  Tenía miedo de lo desconocido. Es la disculpa que encontré para estar mucho más quieta… Me agobia no saber a donde ir ni a donde llamar cuando me reciban con la puertas entreabiertas y me den por respuesta ese toro enjaulado que es para mí un ¡No! Mientras mis oídos van escuchando: ¡Estas loca! ¡Locuras! ¡Dejarás al hombre de tu vida!… ¿De mi vida, dicen? acabo por no entender nada. Simplemente quiero buscar la verdad ¡Mi verdad! Alguna mañana luminosa ¡Lo sé muy bien! entrará el jilguero azul.  El que tanto espero. Será cuando tendré que empezar a batir la alas y luchar con todos y contra todos. Incluyéndome a mí misma…Gritaré fuerte, alto y claro: ¡Estoy dispuesta a ello! tendré que pagar alto precio, pero en ese instante solo lo que prevalecerá será la libertad de las gaviotas. Cuando llegue el ocaso con los jinetes y entrevea la luz de lo eterno, ella entrará envolvente y acogedora. Será entonces cuando sabré que no solo fui una espectadora en la obra de teatro, sino que logré salir a escena triunfalmente. Sin llevar puestos los zapatos dorados de tacón alto.     Purificación Ríos Torres-Zapatos de Tacón   Autora: Purificación Ríos Torres. copyright© Purificación Ríos Torres (Barcelona) 2007