2018-La extrema derecha invade los gobiernos de Europa,en Alemania, el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) entra en el Bundestagel Parlamento alemán,La extrema derecha en España esta en el Gobierno



Este 2017 se perfilaba como el año del auge de la extrema derecha europea, del "despertar de la Europa continental", como explicó en enero Marine Le Pen, entonces candidata presidencial francesa, en un congreso del eurogrupo parlamentario de extrema derecha, la Europa de las Naciones y las Libertades (ENF).
La celebración de elecciones en Países Bajos (14 de marzo), Francia (7 de mayo) y Alemania (24 de septiembre) provocaba cierta preocupación en el seno de la política europea. Líderes como Varufakis llamaron al voto al actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, para que Le Pen no ocupara la presidencia.
El especialista en identidad europea y de sus desafíos nacionalistas Custodio Velasco considera que la crisis económica internacional, la inmigración a Europa y la corrupción de las instituciones constituyen "el contexto propicio para que los nacionalismos filofascistas exalten la política de las emociones, tales como los sentimientos nacionalistas, frente a valores supranacionales, multiculturales y de tolerancia que identifican a la UE".




Pese a las particularidades de la extrema derecha en cada estado europeo, la principal causa es la crisis económica que afecta a todo el continente, a la que se suman los miedos de una parte de la sociedad: ideológicos y a la migración. También son antieuropeos y antiglobalización. "Muchos ciudadanos sienten que nadie les representa. Entonces aparecen estos partidos políticamente incorrectos que cubren una demanda social común, a la que los partidos tradicionales no se han adaptado", explica a eldiario.es el investigador en el Real Instituto Elcano, Ignacio Molina.

Así ha crecido el apoyo a los partidos de extrema derecha en Europa

Evolución del voto a partidos de ultraderecha en elecciones parlamentarias de los principales países europeos desde 1980
Fuente: ParlGov, European Election Database, web oficiales

Los "pies de barro" de los partidos ultras

Los partidos de extrema derecha han "llegado para quedarse", asegura el investigador Ignacio Molina. Este profesor universitario afirma que los partidos pierden su "pureza" cuando gobiernan porque "no son capaces de gobernar mejor que los partidos tradicionales" contra los que se posicionan.
"Llegar al poder les supone una pérdida de apoyos o una moderación, porque tienen que ponerse de acuerdo con el Gobierno", explica. El sociólogo Luis García Tojar asegura que estos partidos de extrema derecha que gobiernen fracasarán "porque no tienen soluciones para los problemas de un mundo que solo saben negar".
Molina afirma que en 2016 la extrema derecha parecía "imparable": el referéndum celebrado en los Países Bajos en contra de la entrada de Ucrania en la UE, el 'sí' al Brexit y el Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.  
La "resaca" del Brexit y la llegada al poder de Trump "dieron una señal de alarma a la ciudadanía, que se movilizó [en 2017] para votar y frenar la deriva hacia el ascenso de la ultraderecha", explica el profesor Velasco.
Esta movilización ha supuesto que el apoyo al partido eurófobo británico, el UKIP, haya bajado desde el 12,6% de los sufragios en 2015 hasta el 1,8% obtenido en las elecciones adelantadas al 8 de junio de este año, perdiendo a su único diputado de la Casa de los comunes.

Menos votos de los esperados

En Francia, Emmanuel Macron se consolidó como vencedor de las elecciones presidenciales con el 66,1% de los votos. Marine Le Pen, presidenta del partido de extrema derecha Frente Nacional, consiguió el 33, 9%. Aun con el sistema electoral de doble vuelta, que contiene la extrema derecha, la representación del Frente Nacional ha aumentado hasta los ocho diputados de 577 que conforman la Asamblea Nacional. El 13% de la población francesa optó por votar al partido de Le Pen, diez puntos más que en las elecciones legislativas de 2012 (3,66%).

Francia

En negro, los partidos de extrema derecha y en azul, los partidos conservadores o de centro-derecha
Las encuestas dieron durante meses a Geert Wilders (PVV) como ganador en las elecciones de Países Bajos. Su campaña, basada en incitar el miedo hacia los musulmanes e inmigrantes, pareció funcionar hasta el mes de marzo, cuando la intención de voto bajó hasta la mitad.

Países Bajos

En negro, los partidos de extrema derecha y en azul, los partidos conservadores o de centro-derecha
Aun bajo estas circunstancias,  el Partido por la Libertad (PVV) de Wilders se posiciona como segunda fuerza política en Países Bajos con el 13% de los votos. La alta participación en los comicios (81,9%) ha conseguido que el voto del PVV oscile con respecto a convocatorias anteriores. En 2012 el 10,1% de los neerlandeses optó por el PVV y en los anteriores comicios, en 2010, logró su máximo histórico con el 15,4% de los votos.

Alemania

En negro, los partidos de extrema derecha y en azul, los partidos conservadores o de centro-derecha
A pesar de los reveses de la ultraderecha en Francia y Países Bajos, ha vuelto a tener su auge en el centro económico de Europa. En los recientes comicios de 2017 en Alemania, el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) no solo ha conseguido entrar en el Bundestag, el Parlamento alemán, sino que  lo hace como la tercera fuerza, con un 12,6% de los votos. Esto supone casi ocho puntos más que en las anteriores elecciones
Alternativa para Alemania, fundada en 2013, ha conseguido escaños en algunos parlamentos regionales y también tiene dos diputados en el Parlamento Europeo. AfD consiguió la mayor parte de su fuerza electoral en la parte comunista del este, lo que antes de la reunificación era la República Democrática Alemana.
Actualmente, la Fiscalía alemana está investigando a esta formación por sospecha de incitación al odio racial después de que sus juventudes repartieran 150 botes de gas pimienta para "protegerse del ataque de inmigrantes norteafricanos".

Manifestante perteneciente al grupo de los "rusos alemanes" con una camiseta con la inscripción "Merkel tiene que irse" durante la manifestación
El bloqueo que sufre el Ejecutivo austríaco y la dimisión del líder del Partido Popular austríaco (OVP), que gobierna en coalición con los socialdemócratas (SPÖ), ha acelerado el proceso legislativo. La convocatoria se ha adelantado hasta el 15 de octubre, fecha en la que se decidirá el reparto de los escaños del parlamento.
El Partido de la Libertad de Austria (FPO), de corte ultraderechista, se convertiría en la segunda fuerza parlamentaria con el 23% de los votos, según la encuesta de Research Affairs de intención de voto de finales de agosto publicada en el diario Österreich. Pese al alto porcentaje atribuido a la formación, los sondeos llegaron a situar al FPO en primera posición hasta junio de este año.
El candidato presidencial del FPO, Norbert Hofer, rozó la victoria en los comicios de 2016 con un 46,7% de votos. El independendiente y miembro de los verdes, Alexander Van der Bellen, se aseguró la presidencia con un 53,3% después de perder en la primera vuelta electoral.

En otros países de Europa central

En Dinamarca, la gobierno en minoría necesita el apoyo del ultraderechista Partido Popular Danés (DF) para tomar decisiones. El 21,1% de los daneses se decantaron por este partido anti-inmigrantes. Una de las medidas más polémicas del Ejecutivo danés fue la "ley de las joyas", que permite confiscar efectivo y objetos cuyo valor supere las 10.000 coronas (1.340 euros) para financiar los gastos de su estancia.
Suiza es uno de los pocos estados en los que gobierna la extrema derecha, de la mano de la Unión Democrática del Centro (SVP). Este partido obtuvo en las elecciones de 2015 el 29,4% de los votos. 

La Liga Norte italiana se niega a acoger más inmigrantes en la "Padania"
En Italia el voto al partido ultraderechista Liga Norte obtuvo en los últimos comicios el 4,33% de los votos, lo que supuso entonces una bajada a la mitad respecto a 2008. Sin embargo, las encuestas de intención de voto prevén que para las próximas elecciones de 2018, Liga Norte obtendrá el 15% de los votos.

La clave de la educación

Los tres investigadores consultados coinciden en la importancia de la educación para evitar el auge de la extrema derecha. Velasco apunta la necesidad de profundizar en dos aspectos. Más allá de insistir en "promover expectativas de progreso material para la ciudadanía ante el desarrollo del precariado, base del descontento social del que se nutre la ultraderecha" 
destaca la importancia de “fortalecer la autonomía de pensamiento y de crítica para combatir la posverdad y la política de las emociones". Es ahí –indica– "donde adquiere relevancia social conocer las tragedias colectivas del siglo XX generadas por las ideologías dictatoriales, xenófobas o racistas". Velasco explica: "conocer ese pasado traumático y no banalizarlo es esencial para construir una cultura política democrática y para extraer lecciones cívicas ante tragedias del presente".
Tojar también insiste en la necesidad de acabar con las políticas de austeridad y volver a un estado de bienestar global distinto al anterior, que "ya no es viable". Molina destaca la importancia de que los partidos tradicionales sean más transparentes y menos oligárquicos y corruptos para que no se argumente "que todos los partidos son iguales".

https://www.eldiario.es/internacional/extrema-derecha-Europa_0_683131814.html



DATANOMICS

La columna de Europa gira a la extrema derecha

  • Así quedan sus hemiciclos después de las elecciones de 2017

La columna de Europa gira a la extrema derecha
Foto montaje con los líderes de los partidos de extrema derecha en Europa: Geert Wilders (Países Bajos), Frauke Petry (Alemania), Marine Le Pen (Francia) y Heinz-Christian Strache (Austria). (Mario Chaparro)


“Criad perros y cerdos como mascotas y sacadlos a pasear cerca de sus vecindarios y mezquitas”. Estas son las palabras de Tomio Okamura, el líder del partido xenófobo y de extrema derecha SPD durante la campaña electoral para las elecciones en la República Checa. En los comicios celebrados el pasado 20 de octubre, el partido Libertad y Democracia Directa -SPD por sus siglas en checo- consiguió entrar en el parlamento y ocupar 22 escaños de los 150 de los que disponen.
Pero el caso de la República Checa no es singular. Es la última cita electoral de este 2017, un año abarrotado de comicios en el que 10 países europeos han celebrado elecciones generales. Y en la mitad de ellos, los partidos de extrema derecha han conseguido aumentar su presencia en los hemiciclos. Alemania, Francia, Austria, Holanda y República Checa: la columna vertebral de Europa, que agrupa al 25% de la población del continente. La clave del éxito ha sido centrar el debate en la política migratoria y en el desencanto hacía el proyecto de la Unión Europea.
En el corazón de Europa, en Alemania, la extrema derecha ha conseguido irrumpir en el Bundestag por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Una entrada triunfal en la que el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) consiguió 92 escaños de un total de 709. El mérito se lo llevó su líder Frauke Petry gracias a un discurso xenófobo con el que puso en el punto de mira a la política migratoria de Merkel y animó a usar “ armas de fuego contra los refugiados que cruzan ilegalmente desde Austria”.
En Austria, en cambio, el partido ultraderechista Libertad de Austria (FPÖ) hace tiempo que logró entrar en el Consejo Nacional. Ya en el año 1999 consiguió no sólo ser la segunda fuerza en el hemiciclo con un total de 52 escaños sino que, además, se convirtió en una pieza clave para la formación de gobierno. Las alarmas de la Unión Europea saltaron. Y no era para menos: el FPÖ fue fundado en el año 1956 y su primer líder, Anton Reinthaller, había sido ministro nazi de agricultura y oficial de las SS.
Este año la formación ha conseguido revalidar prácticamente la misma cifra al pasar de 40 a 51 escaños en los comicios celebrados el 15 de octubre.

'¿Burkas? Nos gustan los bikinis. Póster de la campaña anti migratoria del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Berlín. Octubre 2017
'¿Burkas? Nos gustan los bikinis. Póster de la campaña anti migratoria del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Berlín. Octubre 2017 (Markus Schreiber / AP)
Donde también viven desde hace tiempo la amenaza de la ultraderechaes en los Países Bajos. Además, este año las encuestas daban como ganadador al líder islamófobo y antieuropeísta Geert Wilders, que encabeza la formación ultraderechista Partido de la Libertad (PVV) desde 2004. La votación celebrada en mayo dio la victoria al partido liberal y frenó a Wilders, que se tuvo que conformar con ser la segunda fuerza más votada con un total de 20 diputados.
Un proceso parecido al de Francia, donde el Frente Nacional, el partido liderado Marine Le Pen, avanza muy lentamente, derrota tras derrota. A pesar de que en la primera vuelta de las elecciones Le Pen consiguió el 13% de los votos, durante la segunda vuelta este porcentaje se redujo al 8% y alcanzó 8 de los 577 asientos que conforman la Asamblea Nacional francesa.

'Justicia para los austríacos'. Votantes del partido ultraderechista Partido para la Libertad de Austria en el último acto de campaña. Octubre 2017.
'Justicia para los austríacos'. Votantes del partido ultraderechista Partido para la Libertad de Austria en el último acto de campaña. Octubre 2017. (Sean Gallup / Getty)



La alianza entre los populistas alemanes y austriacos da un impulso a una extrema derecha que se creía conjurada tras los fracasos de Le Pen y Wilders
Tan de cerca se le vieron las orejas al lobo en las elecciones celebradas recientemente en Holanda y Francia que cuando Mark Rutte cantó victoria frente al líder del ultraderechista Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, y Emmanuel Macron hizo lo propio con el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, Europa respiró aliviada.
El gusano seguía dentro, pero no había logrado comerse la mazana. Hubo salvas en todas las capitales, hasta que cambió el viento con la consagración el pasado domingo en las urnas de la formación Alternativa para Alemania (AfD), el primer partido con elementos neonazis que consigue entrar en el Parlamento federal (el Bundestag) desde la Segunda Guerra Mundial. Que esta formación se mire además en el Partido Liberal de Austria (FPÖ) del ultranacionalista y xenófobo Heinz-Christian Strache trae a la memoria capítulos oscuros de la Historia y confirma que el populismo es mutante, tiene capacidad para regenerarse y ha llegado para quedarse.
"No tenemos especial relación con nadie en Europa salvo con el FPÖ. Nos une la cultura, la tradición, el idioma. Somos afines", dijo el copresidente de Alternativa para Alemania, Alexander Gauland, en una rueda de prensa convocada para evaluar el éxito electoral de esa formación, que se tradujo en un 13% del escrutinio o el equivalente a 5,9 millones de votos. De ese logro hizo abiertamente partícipe a Strache. "Nos hemos reunido durante la campaña en varias ocasiones con el señor Strache para recibir sus siempre sabios consejos", reveló Gauland.
El eje AfD-FPÖ, que se ha venido gestando discretamente, se vistió de largo en junio del pasado año. Frauke Petry, por entonces presidenta de AfD, y Streiche presentaron en sociedad la "alianza de dos formaciones hermanas" a 2.962 metros de altura, en el pico más alto estación alpina de Garmisch-Partenkirche, en el estado federado de Baviera. "Queremos subir juntos las montañas más altas, avanzar juntos hacia nuevas cumbres políticas", dijo Petry rodeada de picos nevados, un paraje similar al que se vislumbra desde el Nido del Águila, el retiro que Adolf Hitler se construyó, también en los Alpes bávaros, a 1.834 metros de altura.


Strache, muy cómodo en el papel de gurú, dijo estar "encantado de apoyar a Alternativa para Alemania con la exitosa experiencia recabada por un partido con 60 años de trayectoria".
Y así fue como acordaron crear grupos de trabajo y coordinar su actuación en cuestiones como la defensa de la identidad nacional, la salida de la Unión Europeay la lucha contra la inmigración.
Básicamente, el ideario de todos los partidos populistas de derechas, a los que -pese a la supina derrota en Francia y Holanda- nunca les fue electoralmente tan bien como en este momento, según los datos recabados por el politólogo Cas Mudde.
En las elecciones celebradas el pasado mes de marzo en Eslovaquia, el Partido Popular para Nuestra Eslovaquia (LSNS), de corte neonazi, se alzó con el 23% de los votos; en Dinamarca los populistas del DF se han constituido en la segunda fuerza política y lo mismo sucede con el húngaro Jobbik, el partido de extrema derecha más importante que existe actualmente en la Unión Europea. Varios países europeos tienen populistas infiltrados además en sus gobiernos, sin contar con que la gran potencia mundial, EEUU, está en manos de un millonario errático asesorado hasta hace muy poco por ultras como Steve Bannon y Stephen Miller.
"El declive de los partidos tradicionales ha fragmentado el espacio político y abierto la puerta a partidos populistas que, aun lejos de ser mayoría, han ido ganado una influencia considerable", sostiene Mudde, y apunta que dentro del populismo el pilar de más éxito en la Unión Europea es la "derecha radical". La media de votos recabada por estas formaciones en las consultas de los últimos años ha sido del 20%, un resultado "sin precedentes" desde la Segunda Guerra Mundial, sostiene el investigador.
El mapa dibujado en las últimas elecciones europeas, en mayo de 2014, es también revelador. Algunos de estos partidos fueron los más votados en sus países, como el FN francés, el independentista británico UKIP de Nigel Farage o el Partido Popular de Dinamarca. En Austria, el FPÖ alcanzó en los comicios europeos un 20,1%, el Jobbik el 14,68% y los Demócratas de Suecia el 9,7%, por citar una relación que incluye, con un diputado, al partido neonazi alemán NPD alemán.
El pasado mes de enero, envalentonados por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la victoria del referéndum del Brexit, los principales líderes de la ultraderecha europea que forman parte de grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENF) en el Parlamento Europeo se reunieron en la ciudad alemana de Coblenza en un alarde de fuerza.
Las encuestas eran halagüeñas entonces para Le Pen y Wilders. "La crisis de los refugiados, el rechazo a una islamización de Europa y una globalización impía anuncian el inicio de una primavera patriótica" en el continente, decía el holandés. El FN y el PVV no alcanzaron sus propósitos, pero se aseguraron un buen colchón de votos sobre el que recostarse y esperar cuatro años. Otras formaciones tuvieron más fortuna y lograron acceder, aunque en minoría, a coaliciones de Gobierno.
En Finlandia, el ministro de Exteriores y vicepresidente, es el líder del partido Verdaderos Finlandeses de Timo Soini. En el Gobierno de Lituania se sientan tres ministros de la ultraderecha populista de Alianza Nacional, incluido el de Justicia. En Hungría, gobierna desde 2010 con mayoría el partido Fidesz, de Viktor Orban, con la colaboración puntual de Jobbik, y los ataques del PiS al Estado de Derecho no hablan mejor de Polonia. En Noruega, el ministerio para la Migración está desde 2015 en manos del ultraderechista Progreso. En Suiza, dos de los siete miembros del Ejecutivo proceden de las filas del Partido Popular (SVP) y en Grecia, el departamento de Defensa depende del nacionalista ortodoxo Panos Kammenos, del partido Griegos Independientes ANEL.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Fábrica de Fideos COGORNO S.A-PERU

LA LEYENDA DE LAS TRES MARÍAS, Alnitak, Alnilam y Mintaka,constelación de Orión

Una planta versátil: ¿Cuáles eran las numerosas aplicaciones del Cannabis en el antiguo Egipto?- La empresa Soria Natural ya esta comercializando las gotas de CBD con THC DEL CANNABIS en Méjico