Los Templarios -Economía y Simbolismo

Los Templarios -Economía y Simbolismo


Los Templarios (III).
Economía y Simbolismo.

Economía de la Orden.
Cien años más tarde de su fundación, hacia 1220, la Orden del Temple era la organización más grande de Occidente en todos los sentidos. Desde el militar hasta el económico. Con más de 9.000 encomiendas repartidas por toda Europa, más de 50 castillos y fortalezas en Europa y Oriente Próximo, unos 30.000 caballeros y sargentos, más los siervos, escuderos, artesanos, campesinos, etc., una flota propia anclada en puertos propios en el Mediterráneo como Marsella y La Rochelle en la costa atlántica de Francia.
La Orden se hizo inmensamente rica gracias a las considerables donaciones de los ricos para la salvación de sus almas, legados de señores y caballeros que deseaban convertirse en templarios y confiarles sus riquezas, donaciones de campesinos que quieren ayudarles en su misión original de proteger a los peregrinos, colectas organizadas en iglesias, la exención tributaria de la que se beneficia y otros privilegios concedidos por el Papa convirtieron al Temple entonces en el primer terrateniente en Europa.
Por esto, el Temple se fue transformado en una potencia económica y se convirtió en una de las principales instituciones financieras de Occidente y la única que es segura y que el “Pobres Caballeros de Cristo” lleve a cabo las operaciones financieras como banquero de los bienes de la Iglesia y las de los reyes de Occidente: incluidos Felipe el Hermoso, rey Juan, Enrique III, haciendo préstamos consistentes para las Cruzadas o de otros.
Los mismos peregrinos confían su dinero a las encomiendas templarias. Les emiten un certificado de crédito por la cantidad de dinero recaudado. De esta forma, ellos pueden obtener su dinero en cualquier otra encomienda y están por lo tanto seguros de que no les robarán en el camino.
El poder económico se articulaba en torno a dos instituciones características de los templarios: la encomienda y la banca.

La encomienda.
La encomienda era un bien inmueble territorial al frente de la cual se encontraba un Preceptor. Se localizaba en determinado lugar y se formaba gracias a donaciones y compras posteriores. Por ejemplo, a partir de un molino los templarios compraban el bosque aledaño, luego las tierras de labor, después los derechos sobre el pueblo y con todo ello formaban una encomienda, como un feudo clásico.
También se formaban encomiendas reuniendo varias donaciones más o menos dispersas. Había encomiendas rurales, como Mason Dieu, en Inglaterra, por ejemplo o urbanas como por ejemplo el “Vieux Temple”, un recinto amurallado de la capital francesa.
La red de encomiendas tejida derivó en toda una serie de redes de comercio a gran escala desde Inglaterra hasta Jerusalén, que con su potente flota de barcos en el Mediterráneo hizo la competencia a los mercaderes italianos de Génova y Venecia. La gente confiaba en la Orden, sabía que sus donaciones y sus negocios estaban asegurados y por lo que no dejaban de tener clientes.

La banca.
La Orden destacó de una manera rápida y sobresalientemente a la hora de afianzar todo un sistema socio-económico sin precedentes en la historia. La tarea de llevar un frente en ultramar les hizo proveerse de una flota y una red de comercio, así como de un gran número de posesiones en Europa que mantuviese un flujo de dinero constante que permitiera subsistir a su ejército como defensor en Tierra Santa.
La gente hacía donaciones. Unos interesados en ganarse el cielo y otros por quedar bien con la Orden. Así que recibía posesiones, inmuebles, parcelas, tierras, títulos, derechos, porcentajes en bienes, e incluso pueblos y villas enteras con sus derechos y aranceles. Muchos nobles europeos se fiaron de ellos como garantes de sus riquezas. Muchos templarios fueron tesoreros reales, sobre todo en Francia que dispuso de tesoreros templarios que tenían la obligación de asistir a las reuniones de palacio en las que se trataba del uso del tesoro.
Para mantener el flujo constante de dinero, la Orden garantizó que el capital no fuera usurpado o robado en los largos viajes creando en Francia las encomiendas que se esparcían por prácticamente toda su geografía, no distando unas de otras más que un día de viaje. Así se aseguraban de que los comerciantes estuvieran siempre a resguardo y garantizando siempre la seguridad de los caminos.
No sólo crearon todo un sistema de mercado. También se convirtieron en los primeros banqueros desde la caída de Roma. Lo hicieron sabiendo la escasez que había de moneda en Europa, ofreciendo en sus tratos intereses menos usureros que de los mercaderes judíos. Crearon libros de cuentas, la contabilidad moderna, pagarés y hasta la primera letra de cambio. En esa época pesaba mucho la idea de transportar dinero en metálico por lo que la Orden dispuso documentos acreditativos para poder recoger una cantidad antes entregada, en cualquier encomienda de la orden. Solo hacía falta una firma, o en su caso, el sello.

Comerciantes de reliquias.
Uno de los más lucrativos negocios que tuvieron los templarios fue la comercialización de reliquias. Distribuían, por ejemplo, el óleo del milagro de Saidnaya, un santuario a 30 km de Damasco a cuya Virgen se atribuía el milagro de exudar un líquido oleoso. Ellos lo embotellaban en frascos y lo distribuían en Occidente. También comercializaron numerosos fragmentos del Lignum Crucis, como el que se encuentra en Santo Toribio de Liébana, Cantabria, la Santa Cruz en la que había sido crucificado Jesucristo. Se decía que la habían encontrado ellos.
Pero sus operaciones económicas tenían como meta dotar a la Orden de los fondos suficientes para mantener en Tierra Santa su ejército en pie de guerra constante. Y por eso el lema de la Orden es:
Non nobis, Domine, non nobis, sed Nomini Tuo da gloriam. No para nosotros, Señor, no para nosotros sino para la Gloria de Tu Nombre.

La maldición de los templarios.
Hace justo siete siglos comenzó la persecución de los templarios. Fue un viernes y 13; desde entonces ése es el día de la mala suerte en toda Europa.
El gran maestre del Temple entró en París como un rey. Su séquito de caballeros, escuderos y sirvientes era espléndido, pero sobre todo impresionaba su equipaje. Viajaba con 150.000 piezas de oro y tanta plata que hacían falta diez mulos para transportarla.
Jacques de Molay era un rey sin reino, el rey del dinero. La Orden del Temple se había convertido en la más importante entidad bancaria del mundo, la primera multinacional financiera de la Historia. Ahí residía su poder, pero también sería su perdición.
En cuanto el gran maestre llegó a París, el rey Felipe el Hermoso le pidió un préstamo para pagar la boda de una hija. El rey de Francia gastaba por encima de lo que tenía, pero Jacques de Molay abrió complaciente la bolsa. Estaba acostumbrado a prestarle a Felipe, de quien era el principal acreedor. Pensaba que así mantenía un control sobre el monarca francés, aunque en realidad lo que había logrado era hacerse al peor de los enemigos. Porque si desaparecía la Orden, pensaba el rey, desaparecerían las deudas.
Dicen que la idea se la dio un templario expulsado de la Orden, que había terminado en la cárcel, condenado a muerte. El antiguo caballero empezó a contar historias tremendas de lo que, supuestamente, pasaba en el Temple: abominaciones inauditas. Adoración del demonio, sodomía, ¿qué más?
El renegado se convirtió en una fuente informativa y el rey le perdonó la vida. La maquinación se puso en marcha. Pero en realidad existían ya muchas críticas a la Orden del Temple, una entidad tan poderosa tenía múltiples agraviados y corrían rumores de todo tipo por Europa y el Mediterráneo. La verdad es que los templarios se habían pervertido de su santa, humilde y humanitaria razón de ser inicial.

El tesoro de los templarios.
Todavía despierta curiosidad en muchas personas. Siendo una mezcla de lucha y devoción religiosa, el movimiento cruzado abrió el camino para varias órdenes de carácter monástico-militar surgidas en Oriente.
Marcados característicamente por las túnicas blancas y la cruz, esos caballeros fueron volviéndose de gran importancia en la defensa del Estado Cristiano en Oriente, atacados por las tropas musulmanas. A medida en que ejercían función militar destacada, acumulaban tierras, castillos y otros bienes que transformaron la Orden en una poderosa institución económica. No era extraña la financiación de caravanas que establecían vínculo comercial entre Tierra Santa y Europa Occidental.
En el siglo XIII y XIV, una parte significativa de los templarios estaba en territorio francés, detentando similar prestigio económico y militar en la región. En el 1307, el rey francés Felipe IV, decidió promover la prisión de los caballeros templarios alegando que habían cometido diversos pecados contra la doctrina católica. Al mismo tiempo, el Papa Clemente V firmó la extinción de la orden religiosa y el Gran Maestre Jacques de Molay fue condenado a muerte.
En esa gran confrontación contra los templarios comenzaron a aparecer leyendas sobre el funcionamiento interno de la orden y las intenciones del monarca francés. Entre los presuntos rituales secretos y otras acciones, circuló el fuerte rumor de que los templarios preservaban un tesoro secreto y habían mantenido una importante riqueza oculta a lo largo de los siglos.
Otras teorías afirmaban que los templarios conservaban una gran fortuna en tierras escocesas o españolas. Otras más curiosas especulaban sobre una ubicación en territorio francés, en un pequeño pueblo situado en el sur de Francia, existiendo toda una literatura que trata de alimentar el aura de este misterio intrigante.
El mantenimiento de este misterio no tiene en cuenta el contexto francés de finales de la Edad Media. En ese período, la formación de las monarquías y el gasto de las Cruzadas fueron las que ocasionaron la enorme deuda por parte de los monarcas franceses. A ello hay que añadir que los templarios habían prestado el dinero para pagar el rescate del rey francés, apresado por los musulmanes en la Sexta Cruzada.
Antes de la persecución a los templarios, el rey había buscado varias estrategias para saldar los cofres del gobierno pero no lo consiguió y entonces comenzó la persecución contra la Orden templaria. Él mismo facilitó una confiscación de bienes y propiedades muy importantes de los templarios con lo que consiguió garantizar la estabilidad económica francesa por algunos años. De esa forma, queda muy difícil creer que algún que otro misterio haya sido descubierto solamente algunos siglos más tarde.

Los templarios y el Santo Grial.
La Orden estaba considerada como una de las organizaciones más misteriosas de la tierra. Aunque los Templarios se llamaban a sí mismos los Pobres Caballeros de Cristo, estaban considerados como una de las estructuras más ricas de Europa. Una orden religiosa – militar conformada por hombres santos, pero guerreros feroces y sangrientos. Ellos guardaban fuertes votos de pobreza, pero con una acumulación de riquezas superior a la de muchos reyes.
La mayor reliquia de la Cristiandad estaba protegida y custodiada por ellos y se creía que buena parte de su poder venía de ahí; ellos fueron los custodios del Santo Grial. Cuando Los Templarios llegan a la cima son destruidos y su fortuna se desvanece.
En 1307 el reinado de los Caballeros Templarios llega a su fin, son acusados de Herejía, interrogados intensamente y confiesan.
Dos siglos de poder y riqueza desaparecen de la historia, pero dejando atrás un gran misterio. Muchos estudiosos dicen que el origen de la riqueza de Los Templarios, es una reliquia antigua, el Santo Grial, la cual fue descubierta bajo las ruinas de un viejo templo Judío en Jerusalén.
¿Y dónde está esa poderosa reliquia? Sigue siendo un enigma.
Para el tiempo de las cruzadas los musulmanes, habían construido sobre las ruinas del Templo Judío, una mezquita que aún existe denominada: El Domo de la roca.
Los Templarios pasaron nueve años, cavando un túnel por dentro de la roca, sólida. También construyeron una serie de túneles que se conectaban por debajo. Lo que ahí fue descubierto ha sido motivo de una gran especulación. No existen evidencias de lo que encontraron.
Según una teoría los Templarios, descubrieron un mapa de un Tesoro. Hay evidencias de que existió un mapa, de cobre, donde se detallan los tesoros del Templo Judío, que los guio hacia uno de los tesoros más buscados y preciados: El Santo Grial. Algunos dicen que es una especie de plato o copa, usada por Cristo durante la última cena.
En esas historias el Grial tenía diferentes formas. Unos buscaban una copa, otros creían que era una piedra especial caída del cielo. Otra historia lo relaciona con la muerte de Jesús ya que era la lanza que atravesó el costado de Cristo. Otros pensaban que lo que se estaba buscando era la cabeza de San Juan Bautista, que presumiblemente fue enterrada ahí.
Otra teoría dice que el tesoro que habían encontrado los Templarios, pudo ser registros de los descendientes de Cristo. Algunas personas sostienen que de alguna manera descubrieron un miembro de la familia de Jesús. Algún familiar del matrimonio entre Jesús y María Magdalena.
Según estas teorías las palabras latinas para el Santo Grial son: San Greal, siendo una errada traducción de dos palabras diferentes: Sangre Real.
Dice una teoría que Jesús se casó y tuvo hijos y esos hijos eran el secreto del Grial. Muchas personas dicen que es falso pero razonable. Probar que Jesús se casó y tuvo hijos, estremecería fuertemente todas las bases del Cristianismo y amenazaría toda la estructura de poder de toda la Europa Medieval. Sin duda la iglesia pagaría cualquier precio para ocultar esta información. El caso es que la teoría de la sangre real, tiene más sentido que una reliquia como fuente del poder templario.
Nadie supo que pudieron encontrar Los Templarios, pero no hay duda de lo que sucedió después. Hugo de Payens deja la Tierra Santa para asistir al concilio de Troyes en Francia.
Tampoco se sabe qué se discutió. Solo el resultado: El Papa Honorio II les da a los Templarios su bendición. Su sucesor, el Papa Inocencio les dio un poder sin precedentes. Los Templarios disfrutan de inmunidad de las leyes, reglamentaciones e impuestos de todas las naciones, y así se convierten en una fuerza por sí mismos.
El nuevo poder misterioso de los Templarios da lugar a muchas teorías de conspiración. Libros como El Código Da Vinci, sugieren que los Templarios, chantajearon al Vaticano exigiendo privilegios especiales por suprimir la descendencia de Jesús. La evidencia de su poder e influencia financiera aún está en pie ya que estuvieron involucrados muy abiertamente en financiaciones y construcciones de Catedrales Góticas de los siglos XII y XIII.

Donde está el auténtico Santo Grial.
Un puñado de piezas disputan ser el auténtico Santo Grial. Una historia sobre dicha pieza inspiró a Steven Spielberg al crear a Indiana Jones.
Otto Rahn fue culpable de la pasión moderna por la buscar del Santo Grial, un alemán al que su vida y muerte envolvió en tanto misterio como la del Grial con el que se obsesionó. Parece ser que se suicidó a los treinta y cinco años, en una especie de suicidio ritual cátaro y que sus investigaciones provocaron que el propio Himmler, uno de los cabecillas del nazismo, siguió sus pasos por los Pirineos, poco después de su muerte, en busca del deseado objeto.

El investigador Otto Rahn siguió la mística teoría cátara sobre el Grial al identificar el Montsalvat de la leyenda con el castillo francés de Montsegur.
Otras teorías identifican la legendaria montaña con Montserrat, en Cataluña, otras teorías dicen que es San Juan de la Peña o los montes gallegos próximos a Santiago de Compostela. Por decir sólo algunos.
Hay desperdigadas por media Europa algunas copas que reclaman ser la auténtica. La que Jesús tuvo en sus manos, la que bendijo y compartió con sus discípulos.
Otros historiadores dicen este recipiente es el mismo en el que José de Arimatea recogió la sangre de Jesús en el Gólgota, lo que dotó al objeto de poderes mágicos. Otros creen que fue María Magdalena la que sostuvo este vaso.
Todas estas piezas comparten que son fruto de la pasión que había en la Edad Media por poseer reliquias. Impulsada por los reyes y caballeros en aquellos tiempos de Cruzadas era una forma más de manifestar su devoción y vinculando su poder con Dios. Huesos de santos, fragmentos de la Santa Cruz, etc., tienen su origen en dicha época. También afloran a partir de este momento los cálices sagrados.
El de la Catedral de Valencia está documentado a partir del momento que el prior del monasterio de San Juan de la Peña se lo entregó en el año 1399 al rey Martín, el Humano. Años después, Alfonso el Magnánimo lo cede en depósito a la Seo de Valencia, la ciudad de mayor auge económico en aquella época, como aval por el préstamo recibido para la conquista de Nápoles. El de Valencia goza de cierto carácter oficial para la Iglesia, ya que Benedicto XVI decidió usarlo en su visita a la ciudad. También los análisis arqueológicos no descartan su autenticidad, ya que sitúan la pieza de ágata, que es sólo la copa superior pues la base es un añadido medieval que se hizo entre el siglo V y el I antes de Cristo y hecha en una zona entre Egipto, Siria y Palestina.

Tiene también otros datos a su favor: los paralelismos los escenarios que se narran en la leyenda de Parsifal con la zona donde se ubica San Juan de la Peña. Esta fue la aportación de Michael Hesemann, un ufólogo alemán dedicado al estudio de las reliquias cristianas.
Una veintena cálices mantienen hoy cierta credibilidad, aunque la reliquia valenciana es la que más elementos tiene a su favor, siendo el vaso de los nanteos uno de los más difundidos pues está relacionado con los romances del Rey Arturo. Encontrado en Glastonbury, Gales del Norte, donde se dice que fue enterrado el monarca junto a su esposa Ginebra. Según la leyenda fue el último monje de la abadía quien confesó al señor local que San José de Arimatea lo había dejado en su guarda.Otro pretendido Cáliz es la británica copa de Hawstone Park. Según el investigador Graham Phillips, el Grial era en realidad un libro secreto y confundiéndolo con el vaso con el que María Magdalena recogió la sangre de Jesús.
En Antioquía está otro de los cálices más nombrados, pero hay indicios de que es una falsificación. Su gran tamaño se debe a que guardaba dentro la copa del Grial. La Sacra Catina de Génova o el Cáliz de Ardagh son otros dos aspirantes.

Simbología.
El alfabeto secreto de los Templarios.
Las actividades económicas y administrativas de la Orden requerían secretismo, por lo que idearon una simbología y un alfabeto secreto. La codificación era algo crucial.
De hecho, las cartas de crédito en circulación en casi 10.000 encomiendas tenían que ser encriptadas y así nació el código de los templarios. El alfabeto fue creado partiendo de la cruz que portaban los templarios y por tanto, cada símbolo es una pieza de la Cruz de la Orden del Temple.

Una observación; este alfabeto no contiene la letra J. Esta letra se añadió más tarde como la cursiva I. Por lo tanto, la I y J son la misma letra.
El alfabeto fue creado partiendo de la cruz que portaban los templarios colgada de una cinta. Esta cruz es la Cruz de ocho beatitudes, Cruz de ocho puntas. Llama la atención la presencia de W que no existía en el alfabeto latino, otro motivo para cuestionar la autenticidad del alfabeto, siendo tachado de creación anglosajona y posterior a la Orden, pero en uno de los manuscritos del siglo XII, de la Biblioteca Nacional de París está presente esta W. No obstante parece ser que existen documentos del siglo XII que lo utilizan y que la w puede tratarse de una especie de contraseña o símbolo supletorio. Pero el motivo de la presencia de la W para los templarios se puede deber a dos causas; confundir a un posible espía o más probablemente ser una contraseña relacionada con los documentos comerciales redactados en este Alfabeto Templario.
Las letras de este alfabeto particular estaban representadas con arreglo a ángulos y puntos determinados por la cruz y la lectura se realizaba por medio de un medallón en forma de código secreto, que los caballeros elegidos llevaban colgado al cuello. Si se coloca la cruz de las ocho beatitudes dentro de un cuadrado, da lugar a diferentes formas, ángulos y puntos. Cada uno de ellos es representado por una letra. En éste alfabeto secreto, cada letra tenía un significado diferente, dependiendo de la posición que ocupaba. Inscrita la cruz en un polígono, forma un octógono, base de muchas capillas y ermitas templarias con plantas octogonales.

Ejemplo de cifrado.
Si queremos escribir la palabra LOS ULTIMOS TEMPLARIOS con el código, obtenemos el siguiente código una vez que encriptado.

Sello del Temple.
El Gran Maestre del Temple, Rainaldus Vicherio, creó el famoso sello de la Orden que contiene dos caballeros en un caballo: su significado es un enigma porque la regla del Templo prohíbe la superposición de dos hombres en una misma bestia. Otros estudiosos dicen que representa la extrema pobreza de la Orden en sus comienzos.
Pero parece ser que lo que queda patente en el Sello y Símbolo usado por los Templarios, los dos Caballeros montados sobre una cabalgadura representa la recogida y traslado de los peregrinos que iban a Jerusalén.
Los Templarios, venían con las cabalgaduras disponibles, a los puertos de Haifa y Tolomeida, a recoger a los Peregrinos y repartían las cabalgaduras con los Peregrinos, por lo que exigía que dos templarios compartieran una cabalgadura y cediesen la otra a los peregrinos. Este símbolo se ha usado para implicarles tendencias homosexuales, cuando en realidad representa pobreza, humildad y ofrecimiento.
Los Caballeros Templarios, renunciaban a todo tipo de bienes personales, siendo la Orden la Propietaria de todos los bienes y las Reglas de la Orden estipulaban que cada Caballero Templario debía disponer de 3 caballos.

La Cruz paté roja.
La cruz patada o cruz paté, es aquella cruz cuyos brazos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos. Su nombre proviene porque los brazos de este tipo de cruz parecen patas. Existen muchos tipos de cruces patadas.
El 27 de abril de 1147, el papa Eugenio III, estaba en Francia cuando partía la Segunda Cruzada y asistió al capítulo de la Orden celebrado en París. Concedió a los templarios el derecho a llevar permanentemente una cruz sencilla, pero ancorada o paté, que simbolizaba el martirio de Cristo.
El color autorizado para tal cruz fue el rojo, que era el símbolo de la sangre vertida por Cristo, así como también de la vida. Puesto que el voto de Cruzada se acompañaba de la toma de la cruz, llevarla permanentemente simbolizaba la persistencia del voto de los templarios.
Los templarios tenían como insignia la Cruz Paté o cruz de los templarios, símbolo que portaban en sus ropajes y túnicas como símbolo de distinción. La cruz Paté, con sus cuatro lados iguales, representa a los cuatro evangelistas, las cuatro estaciones y los cuatro elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra. También representa los cuatro puntos cardinales, se abre al mundo, al universo.

La cruz Paté es también un símbolo solar que tiene su máxima expresión en los resplandecientes rosetones de las catedrales e iglesias de origen templario. La Cruz Templaria o Cruz de las ocho Beatitudes es una Cruz de meditación y su aspecto geométrico sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios. El significado de sus ocho Beatitudes es: 1ª Beatitud: Poseer el contento espiritual. 2ª Beatitud: Vivir sin malicia. 3ª Beatitud: Llorar los pecados. 4ª Beatitud: Humillarse al ser ultrajados. 5ª Beatitud: Amar la justicia. 6ª Beatitud: Ser misericordiosos. 7ª Beatitud: Ser sinceros y limpios de corazón. 8ª Beatitud: Sufrir con paciencia las persecuciones. El número ocho es el octógono derivado de la unión de sus brazos. Cada hermano recibía una de esas cruces, que le permitía descifrar y redactar mensajes. El alfabeto del Temple contenía veinticinco signos que se ejecutaban con los diferentes movimientos de los brazos de la cruz ochava.

Uso de la cruz y los colores.
Los atuendos y vestimentas utilizadas por los caballeros templarios de la época, prevalece la cruz paté como símbolo no solo de distinción, sino también, como sacrificio y símbolo religioso de la orden de los caballeros del temple. Igualmente, los Templarios vestían según su rango: El uniforme del Comendador está formado por una túnica verde con filos blancos que llevaban una cenefa roja y una capa blanca encima con la cruz roja de los Templarios estampada y su casco blanco con la cruz.
La cruz estaba colocada sobre el hombro izquierdo, encima del corazón. En el caso de los caballeros, sobre el manto blanco, símbolo de pureza y castidad.
En el caso de los sargentos, sobre el manto negro o pardo, símbolo de fuerza y valor.
Así mismo, el pendón del Temple, que recibe el nombre de baussant o bauceant, significa semi partido, ya que también incluía estos dos colores, el blanco y el negro.

Otros símbolos Templarios.
Los templarios aplicaron a sus construcciones la influencia oriental, en la que grabaron sus criptogramas. Así el octógono, es la representación del cuadrado, símbolo de la Tierra, y el círculo, del cielo. El octógono es también la superposición de dos cuadrados, que equivalía para los griegos a los cuatro estados físicos: frio, humedad, calor y sequía.

Signos en las piedras.
Según algunos estudiosos, los canteros medievales y entre ellos los Templarios, con sus marcas sobre la piedra, trataban de establecer una especie de contabilidad para valorar el trabajo cotidiano y cobrar su soldada de acuerdo con la labor realizada. Pero en los últimos estudios llenos de seriedad científica se reconoce, cuando menos, que estas marcas de identificación de los constructores era algo más que un simple recibo o un mero cómputo de trabajo.
La explicación más corriente entre los actuales estudiosos de estas marcas gliptográficas es el reconocimiento de que se trataría de marcas gremiales, adoptadas por las distintas logias de constructores para dar cuenta y razón de su obra. Como carteles grabados en piedra, donde el arquitecto pone su nombre para que se recuerde quién lo ha construido.
El problema surge cuando se comprueba cómo muchas de estas marcas canteriles coinciden con esquemas que formaron parte de las preocupaciones del ser humano y el hecho de labrar la piedra era algo más que un oficio al convertirse en un algo trascendente. Un mensaje destinado a ser recordado mucho más allá de la vida de su autor.
No son simples relaciones de cabezas de ganado o esquemas de cualquier artilugio de uso cotidiano. Son auténticos mensajes en los que algunos de nuestros más remotos ancestros trataron de darnos cuenta de unos conocimientos que todavía no hemos llegado a captar. Pudo tratarse de saberes astronómicos, de operaciones matemáticas, de mensajes semánticos por los que se comunicaban ideas o incluso creencias, pero sería algo totalmente antinatural pensar seriamente que aquellos antepasados se hubieran dedicado a contar algo tan perecedero como vacas u ovejas valiéndose de una técnica tan absolutamente perenne como es la piedra grabada por el buril.
Del mismo modo cae la idea de las piedras de los canteros, supuestamente grabadas para dar cuenta del trabajo cotidiano de cada oficial, cuando habría sido infinitamente más fácil y hasta útil haber realizado aquellas marcas valiéndose de pintura o de carboncillos. Quizá el ejemplo más típico de criptograma es el famoso “cuadrado mágico”: SARTOR-AREPO-TENET-OPERA-ROTAS, que aparece en las ruinas de Pompeya, en una Biblia latina del S.VII, en unos manuscritos griegos del s.XII, en monedas austriacas del s.XIV, en Santiago de Compostela y en numerosos edificios construidos por los Templarios y que aún no se ha logrado descifrar satisfactoriamente.
Son la misma palabra leídas en cualquier sentido. Puede leerse de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de arriba abajo, de abajo a arriba, la palabra de la tercera columna y de la tercera línea, TENET, siempre permanece idéntica.
Pero además si se escriben las cinco palabras una a continuación de la otra, SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS, la frase resultante puede ser leída igualmente en sentido contrario, por lo que constituye lo que se denomina un palíndromo.

El Bafomet.
Habría que decir que pese a las numerosas interpretaciones para definir a este supuesto ídolo de los Templarios, nadie ha llegado a saber realmente de donde procede ese nombre y mucho menos qué significa y se utilizó como argumento para condenar a los templarios. El supuesto ídolo era guardado en una alacena, y, de acuerdo con las descripciones que se ofrecen era diferente según cada lugar.
Al Bafometo, o tambien Bafomet, se le ha atribuido origen árabe, judío e incluso oriental, y también, encontrándose numerosas palabras de las que podría derivar su nombre originario. Pero ninguna llega a satisfacer la curiosidad, ni a despejar la incógnita.
Se ignora realmente la función real que debió tener esa imagen, y en todos los sitios donde se le encuentra su forma es diferente aunque mantiene algunas constantes. Se habla de una cabeza o busto que tendría la forma del andrógino, y al que veneraban los hermanos de la Orden.
En la mayoría de los casos se trata del busto de un hombre barbudo, a veces bifronte y hasta trifronte, de madera o metal y con los ojos muy brillantes, creyéndose que hacía referencia al hermetismo alquímico, y representaría la unión del azufre y el mercurio, considerados como los elementos macho y hembra en la consecución de la Orden.
Era el ídolo al cual ceñían, o lo tocaban con él, el cordón que se utilizaba como cinturón en los hábitos de casi todas las Ordenes y estaba relacionado con el voto de castidad. En algunos grabados aparece una figura humana con cuernos, con pechos de mujer y genitales masculinos, otras veces sin cuernos, sentado y con pechos femeninos, pero no se acaba de determinar cómo era esta imagen.
En el Santuario soriano de San Saturio, hay un lugar donde, según cuentan, era aprovechado por una extraña cofradía la cual cuidaba de la cueva-santuario que anteriormente había formado parte de los dominios templarios de la Encomienda de San Polo, para realizar extrañas reuniones allá por el Siglo XVI. Se ha conservado, en esta especie de sala irregularmente circular un banco corrido que fue usado por los cofrades, bajo el santo titular, cuya imagen está un lugar destacado del anillo. Probablemente antes fue usado por los Caballeros Templarios si bien, en aquella época, estaba dedicado a San Miguel.
Este Santo Saturio, lleva en sí añadida otra característica tradición que se atribuye a la Orden y que constituyó uno de los principales motivos acusatorios del Proceso a los Caballeros Templarios, y es que la práctica totalidad de las imágenes que representan a San Saturio, no lo muestran de cuerpo entero, sino como el busto de un anciano, de larga barba y totalmente pintado de negro, lo que nos puede permitir situarlo en paralelo con la figura del Bafometo.
Lo que sí parece cierto es que los templarios no utilizaron jamás semejante figura como una advocación mágica o hechicera. Estudiosos del tema la consideran como una especie de objeto simbólico de contemplación y cuya presencia habría presidido algunos actos, inspirando su concentración mental o espiritual en momentos en que presumiblemente se entregaban a la meditación colectiva.
Son también falsas las numerosas figuras consideradas como imágenes bafométicas que se han presentado a menudo como representaciones del ídolo templario, ya que si algo puede decirse en defensa del Temple es que sus caballeros jamás fueron idolatras. Más bien un colectivo plenamente consciente de su misión política y religiosa, que utilizaron el secreto y la máxima discreción para alcanzar unos fines demasiado avanzados para la historia de aquel tiempo.
NOTA: Los textos e imágenes han sido recogidos de entre varias publicaciones sobre la Orden de los Templarios, entre ellas Wikipedia, National Geographic, ABC.es, etc.
http://ferminlopetegui.blogspot.com.es/2015/02/los-templarios-iii.html

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