Detroit transforma casas en invernaderos,dos años después de que Detroit emergiera de la bancarrota

Detroit transforma casas en invernaderos,dos años después de que Detroit emergiera de la bancarrota,


Detroit transforma casas en invernaderos

Fue Entonces Mankouche (quien es arquitecto) y su pareja Abigail Murray (ceramista) elaboraron una propuesta para colaborar precisamente en esto, remodelando sus cimientos y reutilizándolos para una suerte vivero de plantas.
Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias
Fecha de publicació: 02/11/2016, 17:39 h | (29) veces leída
Detroit transforma casas en invernaderos
En 2013, cuando Steven Mankouche vio por primera vez la casa ubicada en 3347 Burnside Street, en Detroit, esta se desplomaba y tenía marcas de quemaduras en su fachada. Un artista llamado Andy Malone, que vivía cerca, recién había comprado el terreno por 500 dólares y ansiaba encontrar una forma de devolverla a la “vida”. Fue Entonces Mankouche (quien es arquitecto) y su pareja Abigail Murray (ceramista) elaboraron una propuesta para colaborar precisamente en esto, remodelando sus cimientos y reutilizándolos para una suerte vivero de plantas.

Steven Manchouke
Al año siguiente, un equipo se encargó del desmantelamiento de la casa deshabitada y en 2015 una nueva estructura fue erigida. Cuando la visité, el pasado mes de junio, una nueva fachada había tomado forma, bajo un techo acanalado de plástico con revestimiento de madera. Como las viejas paredes, el revestimiento estaba chamuscado, pero se trataba de algo, por supuesto, deliberado. Lo habían hecho utilizando la llamada shou sugi ban, una técnica japonesa que chamusca la madera para tornarla más resistente al deterioro. Pese al calor y la humedad del verano, el interior se mantenía templado. Ven en invierno, me dijo Mankouche, “habrá calor suficiente para las plantas, no así para la gente”.

Laura McDermot
Y eso es más que apropiado, pues entre los futuros habitantes de la estructura habrá especies que, usualmente, no pueden soportar los inviernos de Michigan, como una higuera. Con la ayuda de Archolab, un grupo multidisciplinario de arquitectos, artistas y otros colaboradores, Mankouche –profesor de la Universidad de Michigan– está creando un invernadero a ras del suelo que él mismo llama Afterhouse, el cual espera que pueda servir como un prototipo para otros proyectos en la ciudad y, por qué no, también fuera de sus confines.

Steven Manchouke

Dos años después de que Detroit emergiera de la bancarrota, el panorama de su agricultura urbana es alentador, con unas 1,400 huertas y jardines comunitarios esparcidos por las 139 millas cuadradas de la ciudad. De ahí que muchos productores locales se preocupen ante la posibilidad de ser desplazados, mientras la ciudad sigue atrayendo proyectos de desarrollo y, con ellos, los muy necesarios empleos e impuestos. Pero los espacios verdes no tienen por qué reñir con la revitalización, sostiene Maurice Cox, director de planificación y desarrollo de la ciudad, quien señala que las huertas y los jardines vienen a ser elementos clave dentro del plan de la Futura Ciudad de Detroit, un proyecto encaminado a diversificar el uso del terreno.

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En algunas zonas de la urbe, las huertas alcanzan cuadras enteras, evocando una pradera urbana. El barrio de Afterhouse, en cambio, permanece densamente poblado. Antes de derribar un edificio sin demasiada coherencia con su entorno, o convertir el terreno en un prado, Mankouche perseguía una estructura cuya escala y forma hicieran recordar la cabaña que alguna vez estuvo ahí. “Esta no tiene esa apariencia de aterrizaje como de nave espacial o de algo con una escala completamente diferente”, acota.

archolab
Con el apoyo de albañiles locales, Mankouche, Murray y Malone preservaron los cimientos de la antigua casa, fortaleciéndolos por medio de una barra corrugada de acero. Asimismo, el equipo recuperó materiales de sitios demolidos, reclutando un artesano del estudio de cerámica Pewabic Pottery para crear esmaltes negros, blancos y azules en ladrillos rescatados. Los colores fueron elegidos con la vista puesta en la modulación de la temperatura: debido al ángulo del techo y a la orientación de la estructura, el sol golpeará los ladrillos negros solo en invierno, que es cuando el invernadero necesita un calor adicional. Este y otros elementos de diseño pasivo tienen el objetivo de mantener la construcción protegida durante todo el año.
Una vecina –Kate Daughdrill, quien maneja la huerta urbana Burnside Farm en el lote contiguo– empleará la estructura para extender su temporada de cultivo.

Shutterstock/archolab
Por medio de una campaña que busca erradicar los terrenos baldíos y arruinados de toda la ciudad, Detroit planea demoler este año unas 5,000 casas, entre vandalizadas y destartaladas. En el futuro, el diseño de Afterhouse podría ofrecer una alternativa a las demoliciones totales, las cuales típicamente cuestan más de 12,000 dólares. Los gastos en demoliciones incluyen el desmontaje de cada cimiento, el tratamiento de una gran cantidad de contaminantes como el plomo y el asbesto, y el acarreo de tierra fresca y de nuevas capas de suelo para estabilizar el terreno.
Mankouche espera que, eventualmente, los cimientos constructivos sean reaprovechados con fines que vayan más allá de la horticultura. Por ejemplo, podrían ser pistas de patinaje, piscinas o bodegas de vegetales. “Hay mucha inversión en estas estructuras ya”, me dijo. “Concreto, fuerza de trabajo, plomería y recuerdos. Luego podremos, de seguro, recoger algunos frutos”.

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http://www.ecoticias.com/eco-america/128718/Detroit-transforma-casas-en-invernaderos

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