Manuel Valls,El ministro francés de Interior dice que «los gitanos deben regresar a Rumanía y a Bulgaria»
El ministro francés del Interior, Manuel Valls, reiteró sus declaraciones sobre los gitanos, que han levantado una gran polémica en Francia incluso en el seno del Gobierno y del Partido Socialista que lo sustenta. «La mayoría (de los gitanos) debe ser llevados hasta la frontera (...) Nuestro papel no es acoger a estas poblaciones», aseguró Valls en la televisión BFMTV.
Valls hizo estas declaraciones al día siguiente de haber afirmado que «los gitanos deben regresar a Rumanía y a Bulgaria», donde tienen que hacer «esfuerzos para su integración». Varias figuras del Partido Socialista e, incluso, del Gobierno, consideraron erróneas esas palabras del ministro catalán, que estigmatizan a la población gitana.
El ministro de Industria, Arnaud Montebourg, consideró en BFMTV que las declaraciones de Valls fueron «excesivas» y que debían ser «corregidas». Pero el titular de Interior respondió a su colega de gabinete que «no hay nada que corregir» y que sus declaraciones «solo molestan a los que no conocen el asunto». Valls insistió en que hay que proseguir desmantelando los campamentos de gitanos que hay en diversas ciudades francesas porque «suponen un problema para los vecinos y para los que los ocupan», desde el punto de vista «sanitario y de seguridad».
Diversas organizaciones humanitarias y judiciales, como la Liga de Derechos Humanos o el Sindicato de la Magistratura, tacharon las declaraciones de Valls de «intolerables» y consideraron que «estigmatizan a un segmento de la población». Al tiempo, indicaron que contribuyen a identificar de forma «infundada» a «los culpables por sus orígenes étnicos».
No se hace el trabajo de integración. Hemos puesto el dinero encima de la mesa, debería de servir a los alcaldes y no es usado», señaló. La organización Amnistía Internacional (AI), por su parte, publicó hoy un informe en el que destaca que Francia no respeta sus compromisos internacionales en términos de expulsión de gitanos. Según la organización, el ritmo de evacuaciones, que se había frenado ligeramente tras la llegada de los socialistas al poder, ha vuelto a acelerar en los últimos meses.
«En el primer semestre del 2013, 10.174 gitanos han sido evacuados, un número récord desde el 2010. Una vez expulsados, se encuentran sin un techo y se ven obligados a instalarse en otros campamentos», indicó el responsable de operaciones para Europa y Asia central de AI, John Dalhuisen.
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