Lipoinflamación: lo que la obesidad esconde y cómo resolverlo.

Lipoinflamación: lo que la obesidad esconde y cómo resolverlo.

Daniel Baldó Vela

Enfermero especialista en alimentación,actividad física y promoción de la salud
Si mantenerse esbelto fuese tan sencillo como comer menos calorías de las necesarias, todxs gozaríamos de un cuerpo bien esculpido. La realidad es que nuestra relación con la comida es mucho más compleja; todos nuestros pensamientos, decisiones y acciones, tienen un origen que va más allá del querer o no querer. Con este artículo pretendo hablaros de cómo la inflamación celular genera obesidad, el modo en que la obesidad aumenta la inflamación (no se sabe con certeza si la obesidad precede o sucede a la inflamación y viceversa) y cómo resolver el estado inflamatorio de bajo grado presente en todxs aquellxs sujetos con sobrepeso u obesidad.
Nuestra conducta alimentaria va más allá del querer o no querer.
Hablamos de inflamación celular silenciosa para referirnos a la inflamación imperceptible de un órgano o tejido que se produce como consecuencia de la activación de mecanismos inflamatorios en respuesta a la detección de una amenaza. Aunque se trata de un importante mecanismo de defensa, su activación estimula la secreción de enzimas que atacarán al tejido sano para deshacerse del problema. Así, se trata de un proceso útil ante situaciones agudas, pero que si se cronifica (por una continua exposición a agentes nocivos) termina por dañar al órgano o tejido en cuestión, dando lugar a la aparición de ciertas enfermedades. Entre las posibles, se encuentra la obesidad.
La inflamación celular crónica termina por enfermar al organismo.
Actualmente, la obesidad es considerada como un estado inflamatorio crónico de bajo grado caracterizado por cambios en la microbiota intestinal, estrés celular, liberación excesiva de factores pro-inflamatorios y sobre-activación de macrófagos periféricos. Se piensa que su origen radica en el tejido adiposo; los adipocitos hipertrofiados de una persona obesa secretan más citoquinas pro-inflamatorias que, a su vez, atraen a macrófagos pro-inflamatorios. Estas sustancias pro-inflamatorias acaban deseminándose por todo el organismo. Así, la inflamación termina afectando a otros órganos y tejidos. Además, la mayoría de los hábitos generadores de obesidad (estrés, comida basura, insomnio, sedentarismo...) son pro-inflamatorios per se. De este modo, la inflamación generada por el tejido adiposo se ve agravada por la provocada por los factores que lo generan, es decir, la obesidad tiene dos focos responsables de su estado inflamatorio: el tejido adiposo y los hábitos que lo generan.
La obesidad tiene dos focos inflamatorios: el tejido adiposo y los hábitos que lo generan.
El resultado final es la aparición de resistencia a la insulina (hormona encargada de almacenar grasa) y a la leptina (hormona responsable de la saciedad). Esto se traduce en aumento del apetito, incremento de la grasa corporal y, con ello, aumento de la inflamación celular.
La inflamación celular genera resistencia a la insulina y a la leptina. Esto se traduce en aumento del apetito y de la grasa corporal.
Como vemos, uno de los pilares que sustenta a la obesidad es la inflamación celular. Además, cuanto mayor es la obesidad mayor es el estado inflamatorio. Es decir, obesidad (exceso de grasa corporal) e inflamación conforman un circuito de retroalimentación positiva.
Obesidad e inflamación se retroalimentan positivamente.
Por tanto, el abordaje de la inflamación celular se hace imprescindible si se quiere hacer un abordaje eficaz de la obesidad. Aquí te cuento qué puedes hacer:
  • Suplementación con Omega 3 (EPA y DHA): aprox. 1 g/24h. El omega 3 ha demostrado ser anti-inflamatorio y, aunque podría obtenerse mediante nuestra dieta, ésta no suele proporcionarlo en cantidad suficiente. La principal fuente natural es el pescado azul (existen otros alimentos que lo contienen, como las nueces, pero la forma en que se encuentra -ALA- no es aprovechable por nuestro organismo).
  • Suplementación con Ácido Butírico (Tributirina): aprox. 1g/24h. El ácido butírico ha demostrado ser un potente anti-inflamatorio. Debemos asegurarnos de que el producto que compremos tenga cubierta entérica dado que solo así el ácido butírico llegará hasta el intestino sin haberse degradado. Si lo quisiéramos obtener naturalmente, deberíamos consumir alimentos ricos en almidón resistente (arroz cocido enfriado o patata cocida enfriada, por ejemplo) ya que éste es precursor de ácido butírico.
Omega 3 y ácido butírico han demostrado propiedades anti-inflamatorias.
  • Eliminar o reducir cualquier conducta pro-inflamatoria: insomnio, sedentarismo, estrés, consumo de grasas nocivas (cordero, ternera grasa, cerdo, vísceras, bollería industrial...), ingesta de azúcar (azúcar, alimentos procesados...), consumo de alimentos de alto índice glucémico (arroz blanco, pasta blanca, harinas, pan blanco...), alta exposición a contaminación ambiental, consumo de tóxicos (alcohol, tabaco...) o uso excesivo de productos químicos (perfumes, desodorantes...), entre otros.
La mala alimentación, el insomnio, el estrés, el sedentarismo y la exposición a productos químicos, son comportamientos pro-inflamatorios.
  • Aumentar el consumo de alimentos ricos en anti-oxidantes, destacando la fruta, la verdura y los frutos secos.
Los anti-oxidantes contribuyen a reducir la inflamación celular.
Como siempre digo, el querer o no querer tiene un origen que es necesario resolver para modificar la conducta. No basta con decir "come menos y muévete más", hay que resolver aquello que te lleva a comer más y moverte menos, y la inflamación celular es parte de ello.
https://www.linkedin.com/pulse/lipoinflamaci%C3%B3n-lo-que-la-obesidad-esconde-y-c%C3%B3mo-daniel-bald%C3%B3-vela/

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Fábrica de Fideos COGORNO S.A-PERU

LA LEYENDA DE LAS TRES MARÍAS, Alnitak, Alnilam y Mintaka,constelación de Orión

La harina a base de bambú es probada con éxito en la preparación de galletas y macarrones