Michael Schwan, el fotógrafo de lugares abandonados que capta 'La belleza del deterioro' en Europa

 Michael Schwan, el fotógrafo de lugares abandonados que capta 'La belleza del deterioro' en Europa

“Hola, soy Michael Schwan y me gustan los lugares perdidos y la fotografía”, así se define el buscador de lugares abandonados.

Tiempo de lectura 6 minutos

Hay algo de prohibido (mucho, de hecho) al entrar en un lugar abandonado . Cierto miedo cinematográfico que se mezcla con nuestra total falta de costumbre al silencio absoluto. Ese silencio especial que solo sale de un lugar en el que no hay nadie desde hace años, décadas incluso, y la única vida que brota es la de la maleza y los recuerdos del pasado.

Hay algo magnético, incluso adictivo, que ha llevado a miles de personas a buscar estos 'abandoned places'. La comunidad urbex ha dado cobijo en Internet a estos buscadores de edificios de la nada, un grupo de fotógrafos, historiadores o, simplemente, curiosos, que comparten esta “exploración urbana” en las redes.

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Uno de ellos, el fotógrafo profesional Michael Schwan , lleva diez años 'enganchado': una década viajando por Europa para fotografiar los lugares abandonados con una delicadeza única, con un estilo brillante, con un ojo solo digno de quien observa el mundo pensando en el obturador.

Librería de una casa abandonada, fotografiada por Michael Schwan

Así nació su proyecto ' The beauty of decay ': “Las personas que viven en las ciudades van tan deprisa que no tienen tiempo de mirar al pasado ni a esos lugares a los que el hombre ha renunciado y olvidado. Si las paredes pudiesen contar historias, ¿qué nos contarían? ”.

Ese es el objetivo de Michael y de su inseparable cámara de fotos: tratar de buscar el significado a esas paredes que poco a poco se derrumban borrando consigo, inexorablemente, otro pedazo de la historia.

Nacido en Saarbrücken, Alemania, su primera incursión en un lugar abandonado fue con 20 años, cuando decidió entrar en una antigua vivienda con jardín en su ciudad natal. “Recuerdo estar totalmente extasiado porque no sabía qué me podría encontrar. '¿Me cogerán y me meteré en problemas?', pensaba... pero la emoción y la aventura eran mucho más grandes que el miedo. Eso sí, me sentí muy aliviado cuando volví al coche ”, comenta a Traveler.es.

Piano destrozado en un patio abandonado, fotografía de Michael Schwan

Y este fue solo el principio de su obsesión , fotografiar la belleza de la posteridad : “tanto si es un lugar lleno de riquísimas decoraciones como si se trata de un edificio más bien espartano, todo lo que está, esos muebles que han quedado ahí, nos están hablando de su pasado ”.

Sus fotografías nos hablan de palacios olvidados (¿cómo alguien puede olvidarse de un palacio?) , de barras de restaurantes invadidos por la vegetación, de iglesias vacías, de cocinas sin fuego, de fábricas que ya no producen, de pianos desafinados que acumulan polvo y de escalinatas isabelinas cuyos mármoles están más fríos que nunca. Llega a ellos a través de búsquedas de Internet, investigación, libros, pistas de otros fotógrafos... o, simplemente, conduciendo con mil ojos por carreteras nacionales.

¿Cómo gestionar toda esta moción una vez se entra en un lugar tan espectacular, tan escalofriante? “ Cada incursión es muy especial para mí. Al principio nunca sabes qué te encontrarás, si es simplemente una ruina o si será un gran tesoro. Pero casi siempre siento que estoy experimentando un viaje en el tiempo, sobre todo cuando me encuentro con esos pequeños detalles, como las gafas de una abuela en la cocina... cada lugar es como una cápsula del tiempo ”.

Hace poco nos preguntábamos si realmente podemos tener cosas bonitas sin estropearlas . ¿Por qué arrasamos con eso que nos trae belleza y emoción en nuestros viajes? Instagram es la red social de la belleza y también el arma de destrucción masiva de ésta.

El movimiento urbex nace con una filosofía sencilla: explorar. Y con cuatro normas claras en contra de esta masificación y, por ende, destrucción: “ no ser vistos al entrar y al salir, no romper nada, no robar nada, no compartir las direcciones ”.

Barra de un bar completamente abandonado y cubierto de maleza, fotografiado por Michael Schwan

Solo así se puede mantener el secreto. Sólo así se puede mantener con vida la decadencia del lugar (qué bella ironía, ¿no?) . “Mucha gente fotografía lugares abandonados pero no todos son respetuosos con el lugar: los lugares se destruyen con más rapidez, los objetos de los lugares desaparecen... Aunque nadie viva ahí no significa que tú eres el dueño. No invadas, no robes, no te comportes como un animal”, señala Michael.

Es por eso que durante la entrevista no le preguntamos por lugares específicos. No a un urbex. No a u n fotógrafo que respeta plenamente su trabajo y, sobre todo, el lugar cuasi sagrado que le está ofreciendo las capturas. “Creo que es muy importante mantener la discreción. Llevo tanto en esto que he podido ver grandes cambios en algunos lugares. Los he visto vacíos, vandalizados, destrozados...”.

Pero sí queremos saber cuál, de todos ellos, ha marcado un antes y un después en su trabajo : “es una pregunta muy difícil. Sí te puedo decir que me encantan los edificios con detalles de estuvo y bajorrelieves, como castillos, villas y teatros. Recuerdo especialmente un cementerio de barcos. Remar entre la niebla hasta llegar a los barcos me recordaba continuamente a escenas de películas de miedo. Y esa diferencia entre mi pequeño bote y los diez barcos militares que encontré ante mí... fue realmente escabroso. Sin embargo, el lugar que más me ha conmovido fue una casa de la que sí sabía la historia. El niño que vivía allí fue maltratado durante años. Mientras exploraba, encontré una habitación sin ventanas en el sótano. Allí había cuatro viejas camas...”.

Los techos de un palacio abandonado, fotografía de Michael Schwan

Irrumpir en estos edificios que hace años están dormidos, pero cuyo interior (en el mejor de los casos) se encuentra incorrupto, es impactante. El silencio juega malas pasadas; la mente, también. ¿Algún recuerdo incómodo durante estas incursiones?

“Siempre escuchas alguna puerta o ventana que se cierra por arte de magia como un fantasma. Incluso puedes llegar a oír voces y otras cosas... pero la mayoría de las veces se trata de algún fotógrafo como tú o una corriente de aire. Sí que recuerdo un incidente en Bélgica. Entramos en un antiguo edificio residencial. En su interior había señales con mensajes como 'Prohibido entrar' o 'Inhabitado, no abandonado'. Sin embargo, parecía totalmente vacío. La puerta principal estaba abierta y entramos con mucho cuidado. Nada más entrar, vimos lo que parecía ser alguien colgado del techo... parecía un suicidio. Sin embargo, no era más que un muñeco. Una mala, muy mala broma”.

Techo de un antiguo palacio, fotografía de Michael Schwan

Pese a todo, Michael continúa investigando, explorando, mejorando sus fotografías. Intentando, además, preservar los lugares, aprovechando la incursión para respetar el lugar, intentar deducir el pasado y capturándolo para que jamás se pierda .

“Creo que es importante que estos lugares no se olviden nunca. Muchos de nuestros problemas actuales se resolverían, simplemente, con una mirada al pasado. Podríamos bocetar algunas ideas de cómo ser mejores hoy. Por eso pienso que sería bueno que algunos de estos lugares tuviesen una segunda vida. La pérdida de estas arquitecturas es terrible ”.

Una simple lámpara puede conmover. Fotografía de Michael Schwan
Un antiguo restaurante abandonado (foto de Michael Schwan)

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